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Mar y piel

Empezamos. Respiro. La venda me deja entrever mucho menos de lo que imaginaba. Me arrodillo y comienzo a gatear. Me sobresalta una mano que se encuentra con mi rodilla izquierda.

¡Joder, estoy temblando! La mano empieza a trepar por mi muslo mientras, a unos pasos a mi derecha, puedo oír los primeros gemidos. Los dedos juegan con mi vello, acariciándolo y perdiéndose dentro de él. Siento la tentación de quitarme la venda para conocer la cara que hay al otro lado cuando, de repente, noto la presencia de un segundo cuerpo delante de mí.

Está de pie mientras yo exhalo un aliento cálido en sus piernas. Ya me he olvidado de la venda; los dedos que curioseaban entre mis piernas son ya imparables y yo sólo quiero subir con mi boca y buscar el sabor salado del sudor. Sigo a cuatro partas sobre el suelo, y mi mano derecha da con otra mano; no sé a quién pertenece, pero mis dedos se entrelazan con los suyos mientras mi boca, ahora ocupada, no deja de mojarse. Los quejidos de placer se han vuelto más intensos y se han convertido en una orquesta confusa que llena la habitación. Mis propios gemidos hacen vibrar la piel con la que juega mi lengua. Alguien muerde el tatuaje en mi hombro. Siento que ya no puedo más, y mi cuerpo empieza a sacudirse; una sensación de calor empieza a correr desde mi entrepierna hacia atrás, y justo en este momento noto como algo muy mojado se me mete entre las nalgas. Ya no sé si es un dedo, una polla o una lengua, pero me da igual. No queda un centímetro de mi piel que no esté en contacto con otro cuerpo húmedo: manos, piernas, tetas, bocas, pelo… y los gritos desquiciados en el aire.

El cuerpo que me penetraba está tumbado ahora abrazando y acariciando mi pierna. Comienzo a sentir el cansancio. Recogiendo con mis manos la mezcla de fluidos que me empapa la boca, recorro el cuerpo que he estado chupando y lo cubro de caricias mojadas. Acaricio su espalda mientras la mano que había empezado conmigo me regala unos últimos estertores. Tengo sueño. Me dejo caer sobre un mar de piel. No veo nada.