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Lucia

Eran como eso de las tres de la tarde, terminaba mi rutina cotidiana en el gym cuando ella, esa mujer morena, estatura media, pechos pequeños y ojos de un intenso color café, llamada lucia que tanto me gustaba y con la que mi mente fantaseaba de vez en cuando, me saluda. Le sonrío y me sonríe, estoy sudando, me le acerco, le doy un beso en la mejilla y la impregno de mi sudor, me mira y siento que me traspasa, que no puedo más… la deseo, y este deseo me excita; Dios como quiero llevármela a la cama… Ella tontea conmigo, siempre lo hace, aunque tiene novio.

La historia se repite casi todos los días durante más o menos un mes y no me atrevo a hablarle de cómo me siento, de como mi sexo se humedece cuando la veo, cuando la pienso, no me atrevo a quedar así, vulnerable; hasta que una noche me la encuentro en un bar, esta de copas con sus amigas, la saludo sin más y se acerca para abrazarme, me paralizo, me consumo, me prendo…

La veo irse al baño, le sigo, le espero mientras finjo lavarme las manos; ella sale, me mira por el espejo, se sonríe, le divierte la escena; se pone muy cerca de mi boca y:
Ella: ¿Quieres besarme verdad?

yo: nerviosa…¡Si!… quiero.

Ella: ¿Desde hace cuando?

Yo: Desde hace mucho...

Se ríe y dice: a qué esperas… me le acerco y la beso torpemente.. se aparta, se sonríe, me mira la boca y me besa, me aprieta junto a ella y dice: ¿tu casa o la mía?.
Nos vamos en taxi, no hablamos en el camino, solo me mira, se ríe y se muerde los labios...

Llegamos a su casa, soy un manojo de nervios.. Cierra la puerta… me lleva a la cocina, tomamos un trago, allí me besa intensamente; me toma del rostro para apartarlo cada que intento volver a besarla, en una especie de juego que me incomoda un poco, así que la muerdo para que pare, me mira con sorpresa. La vuelvo a besar, la apoyo contra la pared del refrigerador y comienzo a desvestirla, noto su respiración, como se excita cuando la toco, esto me calienta, le chupo los senos que son como miel en mi lengua, ella jadea, se moja los labios , paso mis manos por su boca y ella pone dos de mis dedos dentro, siento su saliva; estoy muy caliente… ¡cómeme el coño dice!… me deslizo rápidamente a ese cálido lugar entre su entrepierna, va a medio depilar, muerdo mis labios y me preparo para tomar la sagrada comunión, le beso los labios mayores, mi lengua poco a poco va danzando alrededor de su clítoris, es mi primera vez, así que me siento casi bendecida en la viscosidad de su fluido. me toma del cabello, haciendo un gesto para que suba hasta su boca, me besa, abre la nevera y saca un calabacín, vamos a la cama, quiere que lo use, lo caliento un poco entre mis manos y se lo introduzco lentamente, le pregunto si esta bien y dice: ¡no pares!, así que continúo mientras veo cómo su cuerpo tiembla, como gime, como su respiración se hace cada vez más rápida, más azorada, le toco el clítoris mientras sigo con el calabacín, se retuerce, esta por venirse, me mira, se muerde los labios, estoy empapada disfrutando de su placer, se viene y es mi turno, pone su boca en mi coño y empieza a comérselo mientras me aprietas los glúteos, me penetra un par de veces con su lengua, me vengo muy rápido… Nos quedamos en silencio tumbadas en la cama por un rato… más tarde, me voy...

A lucia, no la volví a ver, una semana más tarde me dejo muy claro que todo fue producto de las copas (según ella) y que tenía novio, incluso se cambió de gym…