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II. Perspectivas teóricas acerca de la sexualidad

Por Natalia Hilario De La Cruz

La teoría del intercambio social utiliza el concepto del refuerzo para explicar la estabilidad y el cambio en las relaciones que se dan entre las personas: supone que tenemos libertad de elección y que cada acción que tomamos proporciona algunas recompensas y está sujeta a algunos costos. La teoría afirma que somos hedonistas lo cual significa que tratamos de elegir acciones que nos permitan maximizar las ganancias y evitamos tomar acciones que produzcan pérdidas.




En fin, esta teoría sostiene que las relaciones sociales son primordialmente intercambios de bienes y servicios entre personas por lo cual esas personas participan en relaciones solo si descubren que dichas relaciones les proporcionan resultados lucrativos. Por ejemplo, un individuo puede juzgar el atractivo de una relación al contrastar las ganancias que le proporciona en comparación con las ganancias disponibles en las relaciones alternas. El nivel de comparación de las alternativas se refiere al nivel de los resultados en la mejor de las relaciones alternas. 


Otro concepto central para esta teoría es el de la equidad. Según la misma, existe un estado de equidad cuando lxs integrantes de una relación creen que las recompensas que reciben de la misma son proporcionales a los costos que tienen que sufragar. Si unx participante cree que la distribución de recompensas y costos no es equitativa entonces la relación se torna inestable. La hipótesis de la equiparación, que predice que escogeremos a una pareja que se equipare a nosotrxs en cuanto a sus características físicas y sociales, surge de este análisis. Entre la crítica hecha a las teorías del intercambio social podemos encontrar el cuestionamiento de la aplicación de los conceptos de las recompensas y los costos a nuestras relaciones sexuales y/o afectivas junto a la reducción de la importancia de otras motivaciones para estar en ellas.  


La teoría cognitiva surge de la línea de pensamiento que desarrollaron varixs psicólogxs durante los años 80 y 90 al enfocarse en la importancia de los pensamientos que las personas tienen sobre la sexualidad. Uno de los supuestos básicos de esta subdisciplina es que nuestra percepción, categorización y evaluación de una situación es crucial para que se pueda llevar a cabo un análisis. Usualmente, se considera que la aflicción psicológica en el ser humano es el resultado de pensamientos desagradables que no concuerdan con la realidad. Dentro de esta rama se encuentra la teoría de los esquemas de género la cual fue propuesta por la psicóloga Sandra Ben en 1981 con el propósito de explicar el desarrollo de los roles de género que ocurre en las personas.


Un esquema es una estructura de conocimiento general que una persona tiene acerca de un tema en particular; organiza y guía la percepción al ayudarnos a recordar información pero también distorsiona nuestra memoria, sobre todo si la información recibida es inconsistente con nuestro esquema previo. Ben sostiene que todxs poseemos un esquema de género: una estructura cognitiva compuesta de una serie de atributos (conductas, personalidad, apariencia) que asociamos con los hombres y las mujeres.




Nuestro esquema de género nos predispone a procesar información en base a nuestra idea de lo que es el género lo cual significa que tendemos a relacionar las cosas con y a establecer dicotomías basadas en el mismo. Una de las implicaciones más prevalentes de esta teoría es que estos esquemas tienden a cambiar lentamente debido a que los mismos tienden a filtrar y eliminar la información que sea inconsistente con la que ya está integrada al esquema de modo que ni siquiera la recordemos.


Las perspectivas sociológicas también han contribuido al estudio de la sexualidad humana desde la psicología ya que a lxs sociólogxs les interesan las formas en que la sociedad y/o la cultura la moldean. Abordan el estudio de la sexualidad a partir de que:


1) Cada sociedad regula la sexualidad de sus miembros


2) Las instituciones fundamentales de la sociedad afectan las reglas que gobiernan la sexualidad dentro de dicha sociedad y


3) La determinación de qué es apropiado e inapropiado de una conducta sexual en particular depende de la cultura dentro de la cual ocurre.


También lo hacen partiendo de que estas influencias provienen de diversos niveles sociales como lo son el macro (la sociedad en su totalidad) y el subcultural, que se refiere al impacto que puede tener la clase social o el grupo étnico al que pertenecemos sobre nuestra sexualidad. En el nivel macro podemos encontrar las instituciones sociales como la religión, la economía, la familia, la medicina y las leyes.


 


Cuando hablamos de la religión, en la cultura latinoamericana, tal y como en la española, prevalece la tradición religiosa judeocristiana. Esta ha sustentado una tradición de ascetismo en la que la abstinencia de los placeres sexuales es vista como una virtud. De la misma manera, también se ha orientado hacia la ideología de la procreación que consiste de que la sexualidad sólo es legítima cuando ocurre dentro de un matrimonio heterosexual tradicional con el único fin de tener hijxs. Esto nos sirve de base para desacreditar toda forma de incurrir en la sexualidad que se de entre personas que no sean cisgénero o heterosexuales y/o que pase fuera del matrimonio. En el caso de la economía, en la actualidad podemos presenciar hasta qué grado las condiciones económicas, como la tasa de desempleo, por ejemplo, pueden afectar la estructura de la familia al igual que la sexualidad.


Otras instancias en las que esto se manifiesta incluyen las que surgen de una economía ultra capitalista como lo es la de los Estados Unidos. En esta los bienes y servicios se convierten en mercancías que se pueden vender a un precio fijo lo cual incluye imágenes eróticas cuyo fin es la gratificación sexual resultando en el aumento de la venta de contenido sexual explícito al igual que del sexoservicio o trabajo sexual. La globalización de la economía ha contribuido al desarrollo del turismo sexual en donde personas afluentes visitan localizaciones específicas para adquirir una gratificación sexual a través de trabajadorxs sexualxs exóticxs. 


El rol que ha jugado la familia sobre el desarrollo de nuestra sexualidad también es esencial. En primer lugar, a través del proceso de socialización de lxs hijxs, las figuras parentales les enseñan las normas apropiadas de conducta a sus hijxs incluyendo las que se deben ejercer dentro del ámbito de la sexualidad. Por otro lado, luego de la Revolución Industrial hubo un aumento en la importancia de la calidad de las relaciones interpersonales que se daban en la familia. El amor comenzó a ser considerado como un aspecto de suma importancia para el matrimonio y así se formó un vínculo triple entre el amor, el matrimonio y el sexo. Este se redujo a un vínculo entre el amor y el sexo a tal punto en que el sexo fuera del matrimonio y el sexo entre personas del mismo género o género no conforme se volvió permisible siempre y cuando ocurriera dentro de una relación amorosa. 




Esto constituye la base de la ideología relacional. La ideología terapéutica proviene de cómo nuestra confianza en las instituciones médicas causa que la información provista por las mismas tenga un gran impacto sobre nuestra sexualidad. La dominación de la teoría e investigación contemporánea que ejerce el modelo biomédico sobre la sexualidad se conoce como la medicalización de la sexualidad. Este proceso tiene dos componentes: ciertas conductas o condiciones se definen en términos de salud y enfermedad y se da tratamiento médico a experiencias o prácticas problemáticas. El sistema legal es otra institución que influye sobre nuestra sexualidad en la medida en que determina lo legal como lo correcto. Las leyes son la base para los mecanismos de control social porque pueden delimitar castigos para ciertos actos y desalentar a las personas a que participen en ellos. La ley también funciona como confirmación de la superioridad de las ideologías de los grupos dominantes al reflejar sus intereses.


La teoría de la interacción simbólica proviene de este enfoque sociológico. Su premisa básica es que la naturaleza humana y el orden social son producto de la comunicación simbólica entre las personas, o sea, que la conducta de una persona se construye a través de sus interacciones con otrxs. Las personas se pueden comunicar de forma exitosa entre sí sólo al grado en que le adjudiquen significados similares a objetos y a personas. El significado que un objeto tiene para una persona depende no de las propiedades del objeto sino de lo que la persona pueda hacer con él. Esta teoría opera bajo la noción de que las personas son proactivas y de que el logro de las metas que se propongan requiera de la cooperación de lxs otrxs. Las personas definen una situación cuando, para acoplar sus acciones conjuntas y alcanzar un acuerdo al interactuar entre sí, reafirman viejos significados o negocian otros de manera continua. 


Otro proceso que resulta vital para esta teoría es el de la toma de roles en donde el individuo imagina cómo se ve desde el punto de vista de la otra persona. Por medio de esta práctica podemos anticipar las conductas que nos pueden permitir alcanzar nuestro objetivo. Otra consecuencia de este ejercicio es el autocontrol en donde nos esforzamos por satisfacer las expectativas de la otra persona y ejercemos control sobre nuestra propia conducta. Las críticas a esta teoría incluyen el hecho de que requiere que el pensamiento racional y consciente se de en primer lugar cuando cabe la posibilidad de que las emociones puedan ser lo primordial en las interacciones que sostenemos en el plano de lo sexual. Este enfoque muestra a los seres humanos como individuos dirigidos por los deseos de otros cuya preocupación más inmediata es cumplir con las expectativas de lxs demás. Finalmente, no siempre asumimos un rol y nos comunicamos de manera consciente al hacer el esfuerzo por llegar a un acuerdo porque podemos depender de nuestras experiencias pasadas y de nuestros hábitos.




Al hablar de guiones sexuales, podemos comprender estos guiones como planes que las personas tienen en la cabeza en cuanto a lo que están haciendo y lo que van a hacer mientras que nos ayudan a recordar lo que hemos hecho en el pasado. En el caso de la sexualidad, la idea es que la conducta sexual que exhibimos es el resultado de un proceso de aprendizaje previo que nos demuestra la etiqueta de la misma a la que deberíamos aspirar a ejercer. Este guión dictamina con quién, qué, cuándo, dónde y por qué hacemos lo que hacemos con referente a nuestra sexualidad. Los guiones también nos indican el significado que deberíamos atribuirle a un suceso sexual. 


Según Ira Reiss, la sexualidad humana se puede definir desde la sociología como respuestas eróticas y genitales producidas por los guiones culturales de la sociedad por lo cual una teoría de esta disciplina debe poder explicar tanto las variaciones transculturales de la sexualidad como las universales transculturales del mismo tipo. Una universal transcultural es que todas las sociedades consideran que la sexualidad es importante. Se ha especulado que esto se debe al vínculo entre esta y la procreación pero Reiss argumenta que se debe a estos dos componentes: 


1) La sexualidad se asocia con un gran placer físico y 


2) Las interacciones sexuales se asocian con una gran autodivulgación que implica no solo mostrar nuestros cuerpos sino hacerlo mientras, potencialmente, demostramos nuestros pensamientos y nuestros sentimientos. 


Reiss establece que la sexualidad también se puede vincular a las estructuras de cualquier sociedad en tres áreas: el sistema de parentesco, la estructura de poder y la ideología de la sociedad. Dado que la sexualidad es la fuente de la reproducción siempre se liga con el parentesco y todas las sociedades buscan mantener el orden social por medio de sistemas estables de parentesco. Este vínculo es la explicación de los celos sexuales que son universales en un sentido transcultural porque son una afirmación de la importancia que los grupos de parentesco y los individuos le dan a una relación en particular. A partir de este lxs parientes también pueden definir cuáles relaciones son aceptables e imponen las reglas que lo establece. En segundo lugar, la sexualidad se puede ligar con la estructura de poder porque los grupos que se encuentran en el poder de cualquier sociedad tienden a tratar de controlar la sexualidad de los miembros que tienen menos poder con el fin de lograr sus propios objetivos por medio de su manipulación. Finalmente, las sociedades utilizan la ideología para determinar cuáles prácticas sexuales son normales o anormales al igual que para determinar cuáles son correctas e incorrectas. 




Referencias

 

  1. Hyde, J., & Delamater, J. (2019). UNDERSTANDING HUMAN SEXUALITY (14th ed.). McGraw-Hill Education.


Natalia Hilario De La Cruz

Escuela de Educación Sexual Explícita