Actualmente el debate TRANS* es un tema muy candente en nuestra sociedad. Aunque la lucha de este colectivo es constante y continua ahora parece ser que están en su momento álgido, como lo fue con la orientación sexual anteriormente. Lo que está claro es que es una actividad en la que está pendiente el deconstruirse cada vez más y la paternidad gestante puede ser un buen ejemplo para empezar.
Anteriormente, la imagen de hombre embarazado se ha utilizado mucho para escenas cómicas o de terror o incluso una mezcla de ambas, es decir, bastante absurdas, pero ahora se torna en una realidad presente y nada jocosa.
Para empezar a entender este paradigma, debemos saber que en el proceso de transición de las personas trans*, hay protocolos médicos que ofrecen la posibilidad de hacer una histerectomía, es decir, una cirugía para extraer el útero, cuello del útero y parte de la vagina, lo que conlleva a no poder gestar a tu bebe y a depender de las hormonas que tu cuerpo no produce para siempre. Fredy McConnell comenta en su entrevista con The guardian que recuerda haber firmado el formulario de consentimiento para comenzar con testosterona y que le dijeron que lo dejaría infértil. “Fue como decir: 'Sí, acepto que nunca tendré mis propios hijos, lo que parece realmente injusto ahora que sé la verdad. Los hombres trans* todavía no reciben la información correcta sobre sus opciones, incluido cómo llevar a sus propios hijos de manera segura. Nos dicen que no podemos, y se supone que no queremos ". Antes de la transición, le dijeron a McConnell que si quería tener hijos debería considerar congelar sus óvulos y la gestación subrogada. Pero esa ruta es cara, complicada y las posibilidades de éxito pueden ser escasas y sobre todo injustas sabiendo que hay otras posibilidades que explorar pero no te brindan toda la información. La realidad es que la testosterona bloquea la ovulación pero no esteriliza a la persona trans*. De hecho, los hombres trans* pueden quedar embarazados aún tomando testosterona, sólo cuando no la tomen regularmente.
Le preguntan a McConnell por qué era tan importante para él llevar a su propio hijo y él responde con otra pregunta: ¿por qué alguien quiere un hijo? "A las personas heterosexuales no se les pregunta: '¿Por qué no adoptaste? ¿Por qué era tan importante ser el padre genéticamente? Entonces, ¿por qué les preguntan eso a las personas homosexuales y trans*? " Dice que le ha costado mucho tiempo separar el ser trans* de la apariencia de su cuerpo. “No es algo que pueda elegir, dejar atrás o cambiar. No es algo que se base en mi estado físico. Es una cosa que es parte de mí. Entonces, si estoy embarazado, no me cambia ser trans* ". El documental “Seahorse” cuenta la historia de Freddy McConnel y su proceso de gestación. Seahorse significa caballito de mar, y referencia a estos animales porque pueden gestar a sus bebés aunque sean de sexo masculino.
Leyendo el texto “Te quiero” de Pol Galofre, en (h)amor6 trans, percibo una realidad casi siempre complicada para las personas trans*masculinas que quieren gestar a su bebé. Aparte de las muchas limitaciones sociales también se encuentran con la lucha propia de ver cambiar su cuerpo en el momento de la gestación, una incomodidad corporal marcada por la percepción del género tanto propia como ajena. Aumento de los pechos, ensanchamiento de caderas, pelo corporal más débil… es decir, los cambios físicos de una persona embarazada más los cambios que conllevan dejar la hormonación, la testosterona en este caso, la hormona que reconcilia su cuerpo con su identidad. Te condicionan la manera de vivir durante un tiempo, afecta el que dirán o cómo te mirarán por la calle. La discriminación en este sentido está clara, comentarios fáciles y destructivos lo demuestran: “Si estás embarazado, entonces es que eres una mujer”. Pero todos los cambios son modificaciones corporales, por lo tanto volverán a cambiar y el bebé ya formará parte de sus vidas y el embarazo sólo será otro tránsito más. Otro de los problemas que comenta Pol Galofre sería el tema de darle el pecho en sitios públicos. “Me da miedo lactar en público, aunque tampoco quiero esconderme para hacerlo. Bel (su pareja) se va a inducir la lactancia para poder compartirlo. Así, de paso, si el entorno me es hostil, ella puede asumirlo”. Una alternativa en su caso pero que en otras personas no sería posible, aunque lo realmente propio sería que no se sufriera ningún tipo de discriminación en estos casos, haciendo falta una educación sexual para toda la sociedad en muchos aspectos. La mujer de Pol Galofre lo hizo público con un tuit maravilloso. “Mi marido está embarazado!”, asegura que es una frase genial y que la diría cada día hasta que vea a su hije y le diga: “El padre que lo parió!”.
Otro ejemplo es el caso de Jason Barker, el cual durante el embarazo pasó en su mayoría "como un tipo gordo". Nadie le ofreció un asiento en el autobús ni nadie se inmutó cuando llevando una especie de vestido caminaba por las calles con la enorme barriga a punto de dar a luz. Estaba claro que estaba embarazado pero al ser una situación poco corriente no se percataban que no estaba gordo, sólo encinto. En una clase prenatal, cuando la maestra instruyó a todas las personas embarazadas que se tocaran las caderas y él obedeció, el hombre que estaba a su lado le dio un codazo y le dijo: "¡No creo que tengamos que molestarnos, colega!". Comentarios que se esperan que se reduzcan después de darle la visibilidad que estos padres gestantes se merecen. También parece ser que el hecho de engordar durante el embarazo a otras personas trans*masculinas los empoderan y a otros no, ya que es fácil imaginar el embarazo como una época de mayor disforia de género para algunas. “Esperaba que la mayoría de las personas tuvieran más disonancia con su cuerpo durante el embarazo”, dice Alexis Hoffkling, investigadora y estudiante de medicina de la Universidad de California, San Francisco. Hace unos años comenzó a entrevistar a hombres trans* que habían estado embarazados y descubrió que, si bien algunos tenían más dificultades con sus cuerpos… otros se sentían empoderados. Algunos lo encontraron masculinizante. “Se parecían más a un tipo gordo de lo que se habían sentido antes. A medida que su cuerpo crecía, se sentían más fuertes”. Esta claro que cada uno lo vive de una forma completamente diferente.
Realmente no es nada sencillo pasar por todos estos procesos para las personas trans*, de hecho, juega bastante a su favor si no han cambiado la mención de sexo en su DNI, es decir, que siguen constando como mujeres. El problema de constar en el DNI como hombre es que el sistema sanitario no puede derivarte a ginecología. Otro problema absurdo ya que sería tan fácil como derivar a todas las personas con vagina a este servicio sin tener en cuenta nada más. Esto le ocurrió a Rubén Castro, conocido en las redes como @papagestante, el congeló sus óvulos, pero consiguió quedarse embarazado con inseminación artificial. El decidió también no hacerse la masectomía, por lo tanto podrá amantar a su bebé, el cual nació el pasado 1 de Mayo y se llama Luar. Nos cuenta que ha tenido que enfrentarse al desconocimiento en muchos ámbitos, sobre todo el sanitario, incluso teniendo que pasar por el comité ético sanitario para que decidieran si podía acceder al área de reproducción asistida. No hay nada que regule legalmente en España que una persona inscrita en el registro civil en masculino y que lleve a cabo este proceso, el de la inseminación artificial. Algunos médicos piensan que es una retroceso en el proceso de transición, ya que dejarían la hormonación de las testosterona y volverían a menstruar, pero al final es una decisión que debe tomar la persona gestante, no otros. Las personas que ayudan en el proceso de gestación, tanto profesionales, como familiares o amigos deben ser sensibles, empáticos y colaborativos para hacer más fácil todo este proceso, respetar la condición del embarazo y la condición de ser trans* para no caer en tópicos hirientes e innecesarios. La transición no es un truco de magia, es un camino a veces duro y a veces no tanto a nivel personal, pero a nivel social es una lucha incesable que se podría amenizar con una buena educación sexual que se base el incentivar y asegurar los derechos sexuales y reproductivos para las personas trans*.
@papagestante por @ilovecyclo
En conclusión, es necesario establecer una defensa de los nuevos modelos de paternidad, educar a la sociedad que para ser trans*masculino no hace falta una operación innecesaria como la del extirpamiento de útero y fomentar la empatía ya que es clave para convencer a las personas de que las personas trans* en realidad son bastante normales y viven vidas que no son sensacionales ni aterradoras. Sobre todo se necesitan ejemplos, una mayor visibilidad para saber que es una realidad que existe, sobre todo porque cuando algo se vuelve visible, más personas piensan que es posible.
Algunas de las obras que recomendaría para tener más información sobre este tema serían:
Los documentales:
- “A deal with the universes”
- “Seahorsedad: docummentary”
Texto de Pol Galofre en (h)amor6 trans
Algunas cuentas de Instagram:
- @papagestante
- @transfertility
- @dannythetransdad
Escuela Educación Sexual