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Esponjas menstruales y relaciones eróticas

Por Uxue Gamarra

LAS ESPONJAS MENSTRUALES Y LAS RELACIONES ERÓTICAS

 

Tras el BOOM de la copa menstrual como alternativa a los tradicionales tampones y compresas, se vuelven a mencionar las esponjas menstruales. Pese al desconocimiento de gran parte de la sociedad, las esponjas menstruales o tampones hipoalergénicos, ya se utilizaban hace más de 4000 años. Se llegaron a emplear como método anticonceptivo, no obstante, quedó demostrado que no cumplía función contraceptiva. Aclaremos que no es lo mismo una esponja anticonceptiva que una menstrual. La esponja anticonceptiva nos previene de embarazos no deseados, mientras que la esponja menstrual se trata de un producto de higiene menstrual.

 

 

Existen dos versiones de estas esponjas: las sintéticas y las naturales. Ambas comparten su función de absorción del sangrado y se deben cambiar, aproximadamente, cada 4-6 horas. Resulta importante destacar que hay quienes no recomiendan este producto menstrual para las personas que hayan parido hace poco. Por lo tanto, estas deberían consultarlo con su ginecólogo.

 

Sus “instrucciones de colocación” son similares a las del tampón: durante el periodo, se humedece la esponja para que se reblandezca y se introduce manualmente en la vagina. Gracias a su flexibilidad se adapta incluso con mayor facilidad que un tampón. Para extraerla, las sintéticas suelen tener una especie de asa que permite tirar de ellas. Las naturales, por el contrario, no disponen de ningún sistema de agarre y deben ser retiradas únicamente con la ayuda de los dedos. No obstante, mientras que las esponjas naturales resultan ecológicas y reutilizables, las sintéticas son de un solo uso. Por lo tanto, la esponja natural se podría volver a usar tras el momento del “cambio” simplemente enjuagándola con agua y escurriéndola. Una vez finalizado el periodo, se deben emplear productos naturales como aceite de árbol de té, vinagre de manzana o bicarbonato para limpiar la esponja natural. Para ello, únicamente hay que ponerla a remojo con el producto natural escogido, escurrirla y dejarla secar al aire. Estas últimas esponjas son de origen marino, sin tóxicos, biodegradables y, por ende, no generan residuos. Además, pueden llegar a durar hasta 6 meses. Aunque algunas personas no las consideran veganas, hay quienes defienden que, debido a la falta de sistema nervioso de las esponjas, estas sí podrían ser aptas para el mundo vegano. Sin duda, resulta un tema abierto a debate.

 

Aunque la principal función de las esponjas menstruales parece ser la de absorción, conocí su existencia gracias a un documental sobre la prostitución donde las trabajadoras sexuales empleaban este método para poder continuar manteniendo relaciones eróticas con sus clientes mientras estaban menstruando. Estas esponjas les permitían continuar con los servicios ya que podían practicar la penetración vaginal sin derramar sangre. A su vez, se trataba de un producto muy discreto ya que resulta muy complicado percatarse de su presencia durante el coito.

 

En la actualidad, no forma parte de los productos de higiene menstrual más exitosos. Sin embargo, puede ser una gran aliada. Siendo un producto de higiene común, puede ser ventajoso para aquellas personas que deseen mantener relaciones eróticas durante la menstruación sin mancharse. Si bien es cierto que la sangre no debería ser motivo de malestar o vergüenza, este proceso natural socialmente ha sido muy castigado, rechazado y ocultado.

 

 

Se ha ido extendiendo la idea de que la sangre menstrual da asco y que no se debe mostrar. En las relaciones eróticas, el mensaje continúa siendo similar. En el coito, en el sexo oral… no puede haber sangre. En una sociedad coitocentrista y falocentrista como la nuestra, si la persona menstruante tiene la regla, no “toca” tener relaciones eróticas. O, en caso de tenerlas, se barajan pocas opciones. Mayoritariamente las prácticas se dirigen única y exclusivamente al placer de la persona sin periodo, ya sea mediante el sexo oral o anal, es decir, cualquier cosa que evite el contacto o visualización de la sangre.

 

No obstante, es interesante recordar que las relaciones eróticas durante la menstruación pueden resultar especialmente placenteras ya que existe una lubricación extra, se liberan endorfinas que producen una sensación de mayor satisfacción e incluso el agrado y el gozo durante las prácticas puede ayudar a disminuir las molestias de la regla.

 

En defensa de la revolución sexual, de la revolución erótica feminista, recordemos y reivindiquemos que:

 

Está bien que quieras tener relaciones eróticas con la regla,

está bien que no quieras tenerlas,

está bien que decidas lo que quieres hacer.

Que no te lo impongan.

Tú decides.

 

Y es que, nadie es quién para deciros cómo tenéis que disfrutar de vuestra intimidad, ni de vuestra erótica, ni de vuestro placer, ni de nada. Decidáis lo que decidáis, está bien. Para quienes quieran seguir con sus prácticas eróticas con la menstruación, adelante, disfrutad. Para quienes todavía no se atrevan o que, directamente, no quieran o no les guste, aquí está vuestra aliada: la esponja menstrual, el producto de higiene menstrual que permite mantener todo tipo de relaciones eróticas sin mancharse. Se acabó eso de dejar de lado el placer.

Uxue Gamarra

Escuela Educación Sexual