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Enzo - Mis Padres

Por Santa Mandanga

EL DIARIO DE ENZO


Mis Padres


Mi padre y mi madre me conocieron cuando yo tenía 5 meses, en Rumanía.

Por aquel entonces mi madre tenía 36 años y mi padre 38.

Mi padre nació en 1957 en el hospital de Vilanova i la Geltrú. Mi abuelo paterno nació en Herrera de Alcántara y mi abuela paterna nació en Beas de Segura. Se conocieron en Vilanova i la Geltrú donde ambos echaron sus raíces y criaron a mi padre y a su hermano y hermana menores.

Mi abuelo y mi abuela por parte de padre siempre me recordaban lo que era pasar hambre, y también me enseñaron a no quejarme por todo porque no me faltaba de nada.

Tanto él como ella atravesaron una niñez envuelta de escasez como la gran mayoría de las personas en aquella época. Mi abuelo escribió la historia de su vida, de cómo él llegó a ser el hombre que era. La escribió en el 97, cuando yo tenía dos años y la escribió dos años y tres días después de conocerme a mí.

 

“-Allí, entre los años 1930 y 1935, nos criamos cinco hermanos. Cuando vinieron las elecciones del año 34, intentaron comprarle el voto a mi padre, pero él era de izquierdas y no quiso, así que el dueño nos tiró como ratas a la calle y nos tuvimos que ir al pueblo. Como lo despidieron de aquella manera, mi padre lo denunció al jurado mixto y ganó el juicio. Le dieron 150 pesetas, nada, porque entonces se ganaban 5 pesetas al día.-

-En el año 1935 salió la “Aurora Alborada” y el cielo se volvió completamente rojo. Empezó al poniente y quedó todo colorado. Luego vino lo que no tuvo que venir: la Guerra Civil, matándose padres e hijos y hermanos contra hermanos. La guerra de los ricos contra los pobres. Recuerdo cuando entraron los fascistas en Alcántara. Serían las tres o las cuatro de la mañana. Nadie puso resistencia. Estábamos todos en casa.-

-Tres años de guerra y de calamidades.-

 

-Yo empecé la escuela con seis años y con ocho años tuve que dejar los estudios y marcharme a guardar cabras a una finca cerca del puente viejo del Río de Saló.-

 

-La universidad que tuve fue guardar cabras, vacas, ovejas y cochinos y espantar pájaros y trabajar por la comida y el calzado.-

 

-Recuerdo que era domingo gordo de Carnaval y la comida que teníamos para comer era sólo cardillos y sin aceite.-

 

-Un día les robé un pan de quilo y me lo comí entero de una vez. Cuando me metí en la cama se me hinchó en el estómago y pensé que iba a reventar.-

 

-Las camas eran algo de paja en el suelo. Esta es la verdad, o si no, no la cuento.-

 

-En principio habíamos preparado un viaje a Canarias, pero mi compañero José Martínez no se pudo licenciar y como en Vilanova estaban Manolo, Guillermo y Andrés pues me fui hacia Vilanova.-

 

-En el año 1956 me casé, concretamente el día 25 de julio. Bueno, les explico: la boda fue a las ocho de la mañana. El banquete, una caja de galletas y un litro de moscatel y a las 10.30 cogimos el tren correo a Madrid. Todo bien, yo tenía ahorradas unas 3.000 pesetas.-

 

-Rosa fue la primera hija en casarse. Su marido, Loren es bueno y muy trabajador. Van progresando poco a poco. Tienen una hija, Silvia, es muy bonita.

Antonio estuvo un tiempo junto y luego se casó. Han adoptado a Rita, que es un bichejo. También van progresando. Compraron un piso en esta zona.

Y a Alfons, por fin lo hicieron funcionario. Trabaja como conserje y tramoyista en el Teatre Municipal. También se ha comprado un piso en esta zona. De momento, está soltero.

Y de la jubilación, después de 50 años trabajando, cogí la retirada a tiempo. Me ha quedado para comer y hacer algún viaje. Pero lo más grande es que, hoy, día 9 de agosto de 1996 a las 8 horas de la mañana, toda la familia está perfectamente bien de salud.-



-Esta pequeña pero grande historia de tu padre y familia Márquez para su hijo Antonio Márquez Ortega Vilanova i la Geltrú 12, 7, 1997. Cruz Márquez Caro, El Autor.-”

 

En Vilanova pasó todo. Allí conoció a mi abuela. Ella me contó que de pequeña trabajaba con su padre que era lechero, y se dedicaba a vender leche a las familias de su pueblo. Me contó una vez que, debido a la escasez, si le pedían 5 litros de leche, por orden de su padre, tenía que mezclar 2 de leche con 3 de agua.

Recuerdo tener 8 años y escuchar que me dijera que a mi edad ella ya trabajaba.

Una tía de mi abuela vivía en Vilanova, y la llevó con ella hasta aquí para que buscara trabajo. Estuvo trabajando con su tía limpiando casas, más adelante en una tienda y cuando conoció a mi abuelo y se casaron dejó de trabajar para ocuparse de la casa y de sus hijos e hija.

 

Mi padre, mi tío y mi tía, junto a mi abuelo y abuela, se criaron en un piso de no más de 50 metros cuadrados. Mi abuela siempre me decía orgullosa que mi abuelo era un hombre muy bueno y trabajador y nunca les faltó un plato en la mesa ni tampoco ropa con la que vestir a nadie de esa casa.

 

Mi padre finalizó los estudios de bachillerato elemental y el día en el que le dieron el diploma, antes de llegar a casa, pasó por delante del taller de un mecánico de coches y le preguntó al dueño si necesitaba algún aprendiz. Al día siguiente, con 15 años, empezó a trabajar.

Desde entonces trabajó en ese taller durante 11 años más, después otros 11 años más en un taller de barcos y con 38 años empezó a trabajar en un reconocido taller de la comarca vecina dónde hoy en día sigue trabajando cómo mecánico de carretillas elevadoras.



Mi padre es un hombre tranquilo, prudente, trabajador, honesto, amable, gracioso, a veces un poco sarcástico, buen hijo, buen hermano, buen amigo, buen marido y buen padre.

Para mí es un gran ejemplo a seguir y mejor persona.

Con él aprendí a ir en bici haciendo rutas de unos 20 km por la montaña cuando yo tenía 6 años.

También a hacer pilares de dos acuáticos.



Mi madre nació dos años después que mi padre, en 1959, en Santa Coloma de Gramanet. Mi abuelo por parte de madre era zapatero, y mi abuela por parte de madre trabajó durante un tiempo en una teleoperadora y, una vez se casó, en la tienda con mi abuelo. Por aquel entonces, la tienda era el negocio familiar y la fuente de ingresos para los estudios de mi madre y mi tío.




Él y mi madre tuvieron una muy buena relación desde que mi madre nació. De pequeños jugaban a menudo y ella siempre me cuenta que tiene muy buenos recuerdos de él como hermano. Cada vez que hablamos de él me cuenta que era muy buena persona, era muy alegre y que tenía una vitalidad contagiosa.

Mi tío Llorenç era dos años mayor que mi madre. Poco tiempo antes de casarse con su prometida falleció en un trágico accidente de coche a los 23 años.

Era un muy buen hombre, amigo de todo el mundo, un poco travieso de pequeño y de joven, muy buen hermano y muy buen hijo. Sé que me hubiese encantado conocerle.

Mi madre me contó una vez que se colaron dentro de un campanario e hicieron repicar las campanas colgándose de las cuerdas, jugando al escondite. Según ella en esa época él no pensaba una de buena. Aún así se nota en sus palabras cuando me cuenta estos recuerdos que él era de lo mejor que le había dado la vida.

Tanto mi madre como mi tío siempre tuvieron el apoyo incondicional de su padre y su madre. Para hacer lo que les gustara, para estudiar, para ser libres y poder decidir.

Mi madre es titiritera y maestra. Estudió magisterio y teatro al mismo tiempo. Estuvo trabajando como profesora en alguna ocasión al finalizar la carrera realizando algunas suplencias. A la vez estaba en la compañía de teatro Txulapis de la que ya llevaba unos años formando parte.

Txulapis era una compañía muy joven y, al terminar los estudios, algunas decidieron dejar los títeres y dedicarse a otros negocios.

Al mismo tiempo en la compañía de l’ Estaquirot Teatre ocurría lo mismo, y es que un chico que formaba parte de la compañía decidió dejarlo y seguir con su negocio.

Txulapis se disolvía mientras que en Estaquirot Teatre buscaban a una persona.

Mi madre, Olga y Bertu se conocían y fue así cómo, en el año 83, mi madre fue a vivir a Vilanova.

Alquiló un piso en una plaza del casco viejo del pueblo, pues Vilanova i la Geltrú antiguamente eran dos pueblos distintos. Era en la época de los feudales y el feudal de Vilanova era un buen hombre y buen feudal. El feudal de la Geltrú era un mal hombre y un tirano. Obligaba a las mujeres de su pueblo a pasar la noche de bodas con él en lugar de con sus maridos. Los campesinos y campesinas de la época se revelaron y después de una lucha entre feudales ganó Vilanova y adquirió la Geltrú como una nueva parte de la ciudad existente. Así se formó Vilanova i la Geltrú.

Mi madre vivía muy cerca del que, en su día, fue el castillo del señor tirano. 

El castillo es precioso cómo él solo, eso sí, y la zona también.

 

Mi madre y mi padre se conocían de vista en el pueblo. Cada parte sabía de la existencia de la otra y tenían amistades en común.

 

Aquí, Dido, podría haber dicho amigos en común, pero me parece poco inclusivo porque también tenían amigas en común y de esta manera no lo especificaría, y es importante para mí que lo sepas.

En una de esas veces en las que l’ Estaquirot Teatre actuaba en Vilanova, necesitaban una persona para ponerse dentro de un disfraz con cabeza un tanto peculiar para así hacerse una foto mi madre, mi tía y mi tío, con el títere a tamaño de persona real.

Por pura casualidad, en ese momento mi padre pasaba por allí y le debió parecer una buena idea ya que aparece en la foto irreconocible.

Mi prima Silvia nació en Octubre del 90 y en esa época mi madre y mi padre comenzaron su noviazgo. Fue en Reyes del 91. Mi madre recuerda que mi padre se le acercó y le dijo que había tenido una sobrina. Le dijo que aún no la conocía y mi madre le preguntó que cuándo había nacido. Él le contestó que hacía un par de meses y ella le preguntó que dónde vivían pensando que era muy lejos. Le contestó que en una ciudad que estaba a 20 minutos y mi madre no se lo podía creer.

Fueron pareja durante un tiempo y cuando tomaron la decisión de traer a una criatura a este mundo y educarla con todo el amor posible se toparon con la realidad de que no conseguían que mi madre quedara embarazada. Después de varios intentos y distintos métodos decidieron adoptar.

Para realizar el trámite era necesario el matrimonio entre la pareja que solicitaba la adopción. Así que decidieron casarse por lo civil. Se dieron los anillos, les tiraron arroz, les dieron el libro de familia y después fueron a comer con amigos, amigas y familiares. Por lo que me dijeron sé que todo fue muy bonito y eso me encanta.


Santa Mandanga

Escuela Educación Sexual Explícita