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II. Conflictos en las relaciones abiertas

Por Natalia Hilario De La Cruz

Cuando hablamos de la negociación que se lleva a cabo en la polifidelidad uno de los conflictos que puede surgir es que todas las partes lleguen a un consenso al plantearse si el vínculo compartido mediante el compromiso de mantener la fidelidad con varias personas a la vez va a ser abierto o cerrado:




Polifidelidad


  1. Abierto frente a cerrado


Algunos grupos de polifidelidad están cerrados en el sentido de que todos los miembros son monógamxs con respecto al grupo. De esta manera, han acordado que sólo tendrán sexo entre sí exclusivamente. Por otro lado, en los grupos abiertos sus miembros pueden tener relaciones adicionales. Si el grupo está abierto a tener relaciones sexuales o interacciones basadas en el bdsm con otras personas que se encuentran fuera de la relación grupal entonces practican algo similar a la no monogamia en pareja pero con el grupo como la relación principal en lugar de una pareja. Si las personas que conforman el grupo están dispuestas a tener relaciones sexo-afectivas adicionales se trata de otra forma de poliamor. En la mayoría de los casos, el grupo es la relación principal y las otras parejas se convierten en relaciones secundarias.


  1. Comunicación y logística


Una de las ventajas de tener más de una pareja es que hay más de una persona que nos podrá brindar su perspectiva para que podamos ver las cosas como son. Las personas que se encuentran en una pareja pueden acostumbrarse a los patrones disfuncionales de sus dinámicas porque usualmente no hay nadie a su alrededor que diga: “Me he dado cuenta de que evitas este tema cada vez que surge”. La posibilidad de que otra persona se una puede suponer un cambio radical.


Cuando una persona que no es cercana dice algo sobre nosotrxs podemos ignorarlo con más facilidad. Podemos pensar que no es más que su opinión o atribuirlo a una percepción equivocada que tienen de nosotrxs. Pero cuando dos personas que nos conocen bien nos hacen un señalamiento se vuelve más complicado pasarlo por alto, especialmente cuando tampoco es una persona conocida (como una amistad, por ejemplo) que está viendo nuestra relación desde afuera sino alguien que forma parte de la relación, alguien que tiene un conocimiento profundo, íntimo, de las personas implicadas en ella y de las dinámicas en las que participan. Alcanzar este nivel de intimidad, junto a la responsabilidad que conlleva, puede ayudar a los miembros de relaciones de polifidelidad a cambiar y crecer.


La otra cara de la moneda es que cuantas más personas haya en una relación, más difícil se vuelve que la comunicación fluya entre todas las partes involucradas. A cada persona le toca hacer un esfuerzo para mantener la conexión con el resto, de manera que ningunx se sienta excluidx. En una relación de polifidelidad hay más personas con quienes gestionar las emociones, hay que tener en cuenta más necesidades y deseos y, frecuentemente, hay que tomar más decisiones. Además, puesto que todxs tienen un compromiso mutuo entre ellxs, también deben tener voz y voto a la hora de tomarlas. Si el grupo está abierto a las relaciones externas, todo el mundo formará parte del proceso de negociación y de acordar los límites para esas relaciones.




  1. Relaciones de metamor


El asunto de cómo se desenvuelve la relación entre metamores en una tríada en v (dos personas que tienen una relación en común con una tercera persona pero no entre sí) o en otro grupo en el que no haya una relación sexual o romántica entre todos los miembros es que existen pocos modelos sobre cómo desarrollar la comunicación, la confianza e incluso la intimidad emocional con una persona que es la pareja de tu pareja. 


  1. El patito feo


Como ya sabemos por nuestras experiencias interactuando con grupos en general, en los grupos de tres o más personas se pueden crear dinámicas complejas de poder. Por ejemplo, es imprescindible que seamos conscientes de evitar hacer alianzas en contra de una de las personas en la relación porque puede ser la causa de mucho daño. Esto puede ser especialmente relevante en el caso de una tríada, en la cual una persona se puede sentir menos valorada fácilmente. Puede ser que dos personas sean más contundentes al expresarse o discutir y que la tercera persona no siempre se sienta escuchada.


  1. Reconocimiento de la relación


Aunque los miembros de muchas tríadas, quads y otros grupos de polifidelidad se consideran a sí mismxs como casadxs entre sí, legalmente no lo están. En una gran cantidad de tríadas dos de las personas tienden a estar casadxs legalmente. En algunos casos celebran una ceremonia aparte para reconocer y celebrar al tercer miembro. Sin embargo, a menudo lo que ocurre es que un miembro (o más) de la relación se queda sin seguro médico, derechos por viudedad o la custodia de lxs niñxs. Por esta razón se deben crear acuerdos legales para proteger ciertos aspectos de sus relaciones a largo plazo.


Además de la falta de reconocimiento legal, generalmente un grupo de polifidelidad no es reconocido por sus familias, amistades o comunidades como tal sino que dos personas en una tríada o una pareja en un quinteto son reconocidas y el resto de las personas en la relación son consideradas como amistades o personas con quienes se comparte vivienda, por ejemplo. Esto puede ser el motivo de tensiones, problemas y distanciamientos.


Combinaciones de personas monógamas con no monógamas y monógamas con poliamorosas


  1. Culpabilidad


Un problema que puede aparecer para la persona no monógama que forme parte de este tipo de relación es sentirse culpable. Esta carga emocional se tiende a presentar particularmente en las mujeres y personas femme que son no monógamas porque la sociedad nos inculca que no estemos segurxs de nosotrxs mismxs, que sintamos que no merecemos conseguir lo que deseamos o que creamos que, de algún modo, estamos recibiendo más que nuestras parejas monógamas. Si te sientes culpable por tus elecciones recuerda que tu pareja está de acuerdo con ellas y que lo importante es que este tipo de relación funciona para ambxs.


  1. Resentimiento y celos


Como ya sabemos, los celos y el resentimiento pueden aparecer en cualquier relación. Aún así, en las situaciones en que ambxs son no monógamxs estos sentimientos se pueden mitigar por el hecho de que ambas personas pueden tener otras parejas y pueden experimentar ambos lados de los celos. Si sientes celos porque tu pareja está fuera de la ciudad con su otra pareja durante el fin de semana puedes empatizar con la manera en que se sintió tu pareja cuando te fuiste de viaje tres días con tu amigx con derecho.




En una relación combinada mono/no-mono, los sentimientos de celos se pueden encontrar en un estado de desequilibrio. Algunas maneras en que podemos gestionar estas situaciones incluyen que la persona monógama haga actividades por su cuenta para sentirse segurx por sí mismx, valorar sus momentos de soledad y establecer una red de apoyo sólida que vaya más allá de su pareja. La persona no monógama puede separar tiempo para estar con su pareja monógama para asegurarle que la estabilidad del vínculo que comparten no se ve amenazada por sus interacciones con otras personas.


  1. Estigma social y falta de apoyo


La posibilidad de no recibir el apoyo de las personas que queremos es algo a lo que deben enfrentarse todas las personas al estar en relaciones abiertas. Esto puede ser aún más complicado para quienes tienen una relación híbrida, primero, porque incluso alguien a favor de las relaciones abiertas puede que no comprenda este tipo de relación en concreto. Si decimos “Mi pareja y yo estamos explorando la opción de tener sexo con otras personas”, la gente que conozca sobre las relaciones abiertas puede entender la idea general de este concepto pero si decimos “Mi pareja está teniendo sexo (o relaciones) con otras personas y yo no” es probable que algunas asuman que se están aprovechando de nosotrxs. 


Muchas personas creen firmemente que todas las relaciones deben dedicarse a alcanzar una igualdad entre ambas partes al hacer lo posible porque todo el mundo dé y reciba la misma cantidad de tiempo, amor y atención al estar en ella. Si esta es la idea dominante en nuestras culturas la gente en nuestro entorno no va a poder comprender cómo una relación mono/poliamorosa puede ser satisfactoria para alguien. Incluso dentro de las comunidades poliamorosas algunas personas ven las parejas monógamx/no-monógamx como inherentemente injustas. 




Algunas de las críticas con las que nos podemos topar incluyen: que se está utilizando a la persona monógama o se está abusando de ella, que la persona no monógama no estaría haciendo esto si realmente amara a la persona monógama, que las personas monógamas y no monógamas son demasiado diferentes para estar en una relación juntxs, que esto es igual que la poligamia en la que un marido tiene varias esposas pero las esposas tienen solo un marido: es sexista, patriarcal y coercitivo así que no es justo. Las personas negocean y estructuran sus relaciones de maneras únicas. Uno de los propósitos de las relaciones abiertas es elegir el tipo de relación que cubre nuestras necesidades por lo cual todos los tipos de relación pueden ser válidos y valiosos. Si este tipo de relación funciona en tu caso, ¡adóptalo! 



Referencias:


  1. Taormino, Tristan (2008). Opening Up. A Guide to Creating and Sustaining Open Relationships. Editorial Melusina s.l.

Natalia Hilario De La Cruz

Escuela de Educación Sexual Explícita