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Bajo deseo sexual en pareja

Por Estel Orte

BAJO DESEO SEXUAL EN PAREJA

 

Tener bajo deseo sexual o poco interés por el sexo es una de las problemáticas sexuales más comunes hoy en día. Es por eso que, en este artículo, os propongo una serie de ideas para empezar a darle un poco más de protagonismo al sexo en vuestras vidas.

 

Vivimos en una sociedad con un ritmo de vida frenético: despertador, desayuno, trabajo, hacer la compra, ordenar y limpiar, hacer la cena, descansar, dormir y ¡a por otro día más! En esta era de la hiperproductividad, donde lo que más se valora no es la calidad de lo que hagamos sino la cantidad de cosas que hagamos, ¿qué lugar ocupa el sexo?

 

Normalmente durante la semana no disponemos de mucho tiempo para dedicar al ocio y los placeres, así que el sexo no suele ser una prioridad para muchas personas. Y el fin de semana preferimos aprovechar para descansar. Además, tenemos concebida esta idea de que el sexo con nuestra pareja debe ser espontáneo, surgir de una manera natural y que nos debe apetecer a los dos en el mismo momento de la semana porque si es planeado… se pierde la magia. ¿Magia? Magia es la que necesitaremos si pretendemos conseguir esto.

 

Estoy segura de que cuando tenías las primeras citas con tu pareja, escogíais un buen restaurante donde ir a cenar, organizabais a la perfección las escapadas románticas, quedabais para ir a un hotel donde poder tener intimidad y no solo eso, sino que te asegurabas de ponerte la ropa interior más bonita que tenías y sobre todo, conjuntada, de perfumarte de arriba abajo, y unos días antes ibas imaginando y fantaseando cómo sería ese encuentro y cómo probablemente acabaría (con final feliz, fijo), algo que te encendía mucho. Pues déjame decirte que eso es sinónimo de planear un encuentro íntimo, porque los dos sabíais lo que iba a ocurrir y cuándo. ¿Qué pasaría si hicierais lo mismo ahora?

 

 

 

 

Pactáis un día a la semana donde vais a tener una cita (puede ser en casa, no valen las excusas), os vestís para la ocasión y unos días previos a la cita os imagináis lo que os gustaría que sucediera… e incluso os lo podéis chivar. Estoy segura de que haber puesto fecha al calendario de vuestro encuentro íntimo va a tener más magia que esperar a que se alineen los astros para tener sexo espontáneo. Seguro que repetiréis.

 

A parte de esperar a que el sexo en pareja surja repentinamente, otro factor que influye en el bajo deseo sexual es la idea que se tiene asociada a “sexo”, “encuentro íntimo” o “relación sexual”. Como ya sabemos, el porno ha afectado mucho en nuestra educación sexo - afectiva, y en general se concibe que el sexo que practiquemos debe ser como la pornografía, pero nada más lejos de la realidad. Vale, ahora pongamos por caso que hacéis el ejercicio descrito anteriormente y cuando vais a tener sexo os dedicáis a plasmar una película en la cama: cambiar de postura cada 3 segundos, reproducir la “violencia” de las escenas, no preguntar ni tener en cuenta las preferencias y gustos de tu pareja y centrar toda la importancia en la penetración. ¿Resultado? Jamás volveréis a agendar una cita porque la valoración del encuentro no será satisfactoria.

 

 

En lugar de dar por hecho lo que le gusta a nuestra pareja e incluso lo que nos debe gustar a nosotros mismos, preguntemos y descubramos lo que realmente nos fascina en la cama. Esto será clave para luego negociar y comunicar lo que queremos hacer o que nos hagan. Por ejemplo, tener sexo no implica que haya penetración. Puedes tener sexo sin que haya penetración (no nos olvidemos del clítoris), porque todo lo que entiendes como “preliminares” ya forma parte del sexo. Tampoco es igual a una sesión de cardio, puede ser algo más tranquilo si se desea. Incluso puede excitarte más una sesión de besos, caricias y masajes sensuales que cualquier otra práctica. El sexo es un espacio para tener conexión, pasártelo bien, jugar y finalizar cuando lo desees, no una obligación o un examen que hay que aprobar. Ya veréis que el resultado de tener mejores relaciones sexuales será desear tenerlas en mayor cantidad.

 

 

Otro factor clave a tener en cuenta para tener más deseo sexual es borrar el aburrimiento y la monotonía de las relaciones. ¿Cómo se hace esto?, os preguntaréis. Bien, ahora que ya habéis conseguido reservar un tiempo para el sexo y tenéis clarísimo lo que espera vuestra pareja de una relación sexual, viene lo más complejo: abrirse a nuevas experiencias y no caer en hacer siempre lo mismo. Por mucho que sepa que me encanta la pizza, si cada fin de semana ceno lo mismo, me acabaré cansando. Por lo tanto, os recomiendo empezar por elaborar una lista de las fantasías que queréis llevar a cabo con vuestra pareja. Por ejemplo, hacerlo en un lugar público. También podéis escribir una novela erótica juntos (cada uno redacta una parte de la historia), hecho que fomentará la complicidad y la comunicación en pareja. Introducir algún elemento externo como juguetes sexuales, lubricantes, aceites de masajes o velas también se convertirá en vuestro mejor aliado. Escoge la idea que más te llame la atención y… ¡a jugar!

 

 

Si has llegado hasta aquí, probablemente comprendas qué tienes que empezar a hacer para que te apetezca tener más sexo, pero quiero destacar este último punto. De nada vale introducir el succionador o preparar una cita si ya no os escogéis como pareja o si tenéis conflictos por resolver. Nadie quiere hacerle un masaje a alguien con quien está disgustado, dolido, decepcionado o a alguien con quien se siente emocionalmente lejos. Resolved los asuntos pendientes que tengáis con vuestra pareja y después ya le dedicaréis la atención necesaria al sexo. Una vez esté todo solucionado, ¡a por ello! Y, por supuesto, no dudéis en contar con ayuda profesional para agilizar todo este proceso.

Estel Orte

Escuela Educación Sexual